A principios del año pasado el gobierno chino revisó sus estándares nacionales para bajar el umbral de los valores de emisión aceptables en el interior de los automóviles. También conocidos como estándares Guobiao o GB, este sistema de normas se actualiza frecuentemente. Estos cambios tienen un impacto en la industria automovilística mundial debido a que China constituye el mayor mercado automovilístico del mundo.
Los nuevos estándares chinos reducen el nivel aceptable de compuestos orgánicos volátiles (VOC, por su sigla en inglés) en el habitáculo de un vehículo. Como una categoría de sustancias orgánicas que ya son volátiles a temperatura ambiente, los VOC pueden provenir de materiales para la construcción, textiles y adhesivos. Debido a que algunos VOC se han relacionado con efectos perniciosos para la salud, no es aconsejable encontrarlos en espacios interiores.
Los VOC que emiten determinados productos plastificantes y adhesivos también forman parte de lo que se conoce comúnmente como el «olor a coche nuevo», que la mayoría de compradores chinos de automóviles considera molesto. De hecho, el desagradable olor en el interior del vehículo ocupó el primer puesto en la lista de quejas de los compradores chinos de automóviles durante dos años consecutivos en la encuesta «China Initial Quality Study» realizada por J.D. Power. Y sin embargo, esta no es una de las preocupaciones que figura entre las 20 principales quejas de los consumidores estadounidenses de automóviles.
En un mercado cada vez más globalizado, el sector de la automoción debe afrontar grandes desafíos en lo relativo a la gestión de la normativa medioambiental. Para las instalaciones y los clientes de todo el mundo, los estándares GB chinos solo son uno de los muchos conjuntos de normas que influyen en el diseño y la ingeniería del interior de los vehículos.