Lo bueno de las cintas adhesivas es que se puede determinar por adelantado la firmeza de la fijación. ¿Debería ser permanente? ¿O tan solo un pequeño coqueteo? O quizás una relación más temporal o reversible para de vez en cuando. Veamos en qué consiste.
Empecemos con lo básico: tres fuerzas actúan en un adhesivo. El vínculo interno, la cohesión, determina el grado que evita que una sustancia se desgarre. La adherencia, es decir, la pegajosidad de un adhesivo, es la capacidad de permanecer pegado a un objeto no pegajoso. La adhesividad es la fuerza con la que un adhesivo conecta con una superficie en un margen de tiempo muy breve. Hasta aquí, todo bien. ¿Pero cómo ajusto estos parámetros para conseguir la conexión correcta de la cinta adhesiva para mis requisitos?