A pesar de la opinión generalizada de que en la era de la digitalización el papel quedará obsoleto, el papel en todas sus formas y variedades sigue siendo un elemento fundamental de la vida diaria.
Al mismo tiempo, es innegable que en la industria ya soplan vientos de cambio.
La menor circulación de periódicos y revistas junto con una mayor presión de costes han provocado una constante consolidación y reorganización en la producción de papel. Como ejemplo, hoy en día se fabrica menos papel gráfico, y en cambio ha aumentado el volumen de producción de cartón para embalajes y de material de pulpa de celulosa para los mercados de la higiene, la alimentación y otros.