Superficies minerales, piedra natural o estuco

En metales sin tratar como el zinc, aleaciones de zinc-titanio y el cobre, aplicar medidas de protección, por ejemplo films, pueden causar una acumulación de condensación y, en consecuencia, corrosión. Esta se puede prevenir con el uso de materiales de enmascarado con apertura de difusión, por ejemplo, tela no tejida sin film. Otra opción es aplicar el adhesivo durante un corto período de tiempo sobre toda la superficie.
Todas las superficies de metal están sujetas a una oxidación natural y un proceso de envejecimiento. Cuando se aplica cinta adhesiva sobre un metal se reduce la oxidación y el envejecimiento de estas zonas específicas. Ello puede causar que dichas zonas tengan un aspecto diferente del resto de la superficie cuando se retira la cinta adhesiva. Esto es inevitable. Sin embargo, en función del tipo de metal, la zona adquirirá un aspecto uniforme en poco tiempo (a lo largo de varios meses).
En metales tratados se pueden producir daños en el revestimiento (por ejemplo, decoloración y descamación).
Se deben tener en cuenta las condiciones de adherencia, sobre todo con respecto a la temperatura.

La experiencia ha demostrado que la piedra natural es una superficie complicada para los adhesivos. Se ha apreciado que se produce decoloración en las zonas en que se aplican adhesivos.
Las cintas adhesivas comercializadas como «cintas especiales para piedra» son adecuadas para usar en materiales como hormigón, estuco o yeso, pero no en piedra natural.
La piedra natural debe cubrirse con fieltro o tela no tejida con apertura de difusión sin unión adhesiva. Otra medida de protección que se puede aplicar para este tipo de superficies son láminas de madera contrachapada, las cuales protegen el material contra daños mecánicos o deslizamientos.
En algún momento se usaba normalmente papel (con frecuencia de periódico) y se pegaba sobre la piedra natural a modo de protección, pero ese método ya raramente se emplea hoy en día.