En resumidas cuentas, un panel solar es una caja cerrada llena de tuberías de agua. La tapa de la caja es una placa de cristal, y la caja debe quedar herméticamente sellada. Los paneles solares se instalan en exteriores, sobre tejados, por lo que están sometidos a presiones considerables, como el viento y las condiciones atmosféricas. El viento puede llegar a soplar con mucha fuerza, y el cristal debe resistir fuerzas de hasta 1000 N por metro cuadrado. En el módulo solar K2 original, el cristal se adhería a los perfiles de aluminio de la caja con una potente cola de silicona. Esta solución era estanca, pero la cola de silicona tardaba más de un día en endurecerse. Durante este periodo no se podían mover los paneles solares.
Este tiempo de fraguado prolongaba el proceso de fabricación, por lo que era un cuello de botella en la producción. Fredrik Karlsson, el inventor del panel solar K2, quería cambiar esto y tuvo la idea de fijar el cristal con cinta para poder mover el colector durante el curado. Primero, solo como medida adicional durante el proceso de endurecimiento. Pero después diseñó un nuevo perfil de aluminio para una cinta adhesiva más ancha y finalmente se entregó a la tarea de encontrar una cinta capaz de fijar el cristal de forma permanente.
«Preguntamos a los principales proveedores de cintas adhesivas y acabamos optando por tesa porque la empresa respondió rápidamente, nos envió a dos empleados con mucha experiencia, y porque lleva muchos años activa en el mercado de la industria solar. . Después de una serie de cálculos, mediciones y pruebas, nos convencimos de que podíamos implementar la solución de cinta y los cambios en el proceso que perseguíamos», afirma satisfecho Fredrik Karlsson.